18 de julio de 2014

¿Que qué provocaba coger su mano?

Una mano ciega que buscaba otra a tientas,
y al encontrarla, infinitas descargas eléctricas
que comenzaban en sus manos, en las palmas,
para encoger su estómago y provocar náuseas.

Un pulgar que rozaba la piel cuidadosamente,
despacio, muy despacio, profundamente
recorriendo los surcos, meticulosamente
inspeccionando sus yemas
que solo eran suyas.

Una mirada,
disimulada,
en busca de ojos soñadores
y brillos escalofriantes.

Una mano, dos manos, cogidas,
dos pares de ojos, miradas
sostenidas cautelosamente
por enamoradas almas.