24 de junio de 2014

Por no querer

No quiero acostumbrarme a ti,
quiero descubrirte hasta el fin
y que jamás te canses de mí.

No quiero acostumbrarme a tus ojos,
ni a la curvatura de tus labios,
quiero seguir rodeando tu cuello con mis brazos
y no cansarme de tus tímidos besos.

                                                                        Por querer, no quiero ni verte ir,
                                                                        ni marchar, ni partir,
                                                                        quiero que te quedes junto a mí
                                                                        y que siempre me hagas sonreír.

Por no querer, por favor no te alejes
ni tampoco nunca te marches.

Por no querer, jamás te tendría
a nada más que milímetros
ni de mi cuerpo te alejaría.

                                                                        Por querer, por intervenir,
                                                                        ¿por qué aun no estás aquí?

13 de junio de 2014

Un verso
escrito en el
reverso,
perdido,
en el olvido,
de sus labios
y ojos
color miel.
Quería versarte,
o besarte,
andaba confusa
en tanto pensarte
y parecía difusa.
Difusos
pensamientos
los
tuyos,
y los suyos
extraviados
de tanto quererte.
        
                   Hablaba de sentimientos.

7 de junio de 2014

Compás del corazón

Al principio no te das cuenta, pero estás cayendo poco a poco en sus redes. Al principio, escuchas el compás que marca el ritmo.
Despacio, muy despacio.
El ritmo es lo primero que te conquista de aquella canción. De pronto, la explosión de sonido. Voces, guitarra, bajo, batería,... ¡Ah! ¡Algo de piano! La voz sube y baja, cantándote una historia con la que te identificas. El ritmo cesa y sabes que ha acabado.

Te olvidas de aquella canción, pero te has enganchado.
Poco a poco, comienzas a escucharla cada día, y aquellas explosiones de sonido no vuelven tu interior en ruinas, sino que lo reconstruyen. Poco a poco, aquella historia narrada a golpe de guitrra empieza a ser tuya.
Tuya (y de nadie más).
Poco a poco, el ritmo de la batería comienza a ser tu ritmo de cada día, cada paso, cada andar. Poco a poco, la percusión de las teclas de un piano son el movimiento de tus dedos. Poco a poco, no lo sabías, pero era tu canción favorita.
¿En qué momento pasó a formar parte de ti y no poder desprenderte de ella? No lo sabes, y tampoco quieres saberlo.



Me enamoré de ti como la primera vez que escuché mi canción favorita: Poco a poco, te colaste dentro de mí llenando vacíos hasta que no supe ser sin ti, de golpe.

3 de junio de 2014

Tristes ojos que inspiraban

No sabía qué era la poesía
sin hablar de su inspiración,
que era él, su corazón,
o por quién este latía.
Ella no hablaba de poesía
sin perderse dentro de su mirada,
la cual la dejaba congelada
como sino existía.
Y, así, ella,
solo hablaba de poesía
sin él pensaba
y solo se inspiraba
cuando con él soñaba ella.
No pidas que te hable de poesía
o terminará hablando de sus ojos
y cómo no soñaba con otros
que no fueran los suyos.
No digas que defina poesía
o comenzará a mencionar al amor
y hablará sobre una mundana pasión
que a veces trae puror.
No hables de poesía
(no, por favor)
que hablará de él ella
disfrazándolo de inspiración.

1 de junio de 2014

Insomnio (II)

En medio de la noche, despierta.
Azorada y desesperada.
Por un recuerdo enterrado, despierta.
Dolorida y aprisionada.
Unos ojos del color de la mañana,
es ella en pensar lo primero,
unos ojos que se cuelan por la ventana,
pero ahora está bajada la persiana,
y la oscuridad reinaba.
Ya no dormía,
ni soñar podía,
y por su mente él se colaba.
Insomnio... ¿Él o su fantasía?
Él, que le susurraba,
sin ningún pero,
"Oniria, despierta".
Y, Oniria, ya no soñaba.