21 de agosto de 2014

Días sin ti

Día tres sin ti:
¿volverías a por mí
si así lo pidiera?
Día tres sin sentirte.
Realmente son más días sin ti,
te estabas yendo antes
de que impedirlo pudiera
(te perdía).
No pudimos ser,
no aguantamos tanto;
no, no pudimos ser
sin destrozarnos antes.
No pudimos ser,
y es ahora cuando tú lejos de mí,
lo llego a saber.
Día tres sin ti:
No pudimos ser.

                Día cuatro sin ti.
             Debí haberlo sabido.
        No duraríamos, te habías ido.
        Fuimos simplemente efímeros
a pesar de que esos meses parecen años.
             Quizás tan solo no fuimos,
¿el uno para el otro no estábamos hechos?
        Ya respondo: Nunca lo estuvimos.
            Momentos y tiempo perdidos,
            a olvidar muchos recuerdos,
            ¿y tú? ¿Qué haré contigo?
           ¿Con tu imagen, tus ojos,
            tus miradas, tus brazos,
            tus libros y tus discos?
            Millones de cajas a llenar,
            a tirar,
            a olvidar,
            por ti,
            por mí,
            por el inexistente nosotros.

16 de agosto de 2014

(Como sugerencia.)

El tiempo nos lo robamos nosotros mismos
a grito de "¡no tengo tiempo!"
y que poca verdad esto tiene lo sabemos,
al final nosotros somos nuestro mayor contratiempo.
Y a hablar dispuestos,
¿no sería mejor disfrutar,
vivir, querer, amar?
¿Tan solo dejarse llevar?
Porque suena bien dejarse llevar,
disponernos
a las manos del azar,
dejarnos
ser sin miramientos algunos.
Así que, permítame decir
(o siquiera sugerir):
¿le gustaría mecerse en el tiempo,
colgarse en sus antiguos y lánguidos brazos?
Y solo el tiempo parece poseer
el poder de nuestras propias vidas.

5 de agosto de 2014

Recuerdos olvidados

Y le olvidé,
como quién olvida qué día es
absorbido en la rutina
de los lugares
y la monotonía.
Y le reconstruí
en todos y cada uno de los recuerdos
(nuestros)
y en su formar de recorrer mi piel.
Y le volví a olvidar
y luego a amar,
e incluso odiar
(todo por él
fue un caos).
Y le recordé,
tal y como es,
(o eso creía)
con su tímida sonrisa,
sus brazos fuertes
y sus descontados hoyuelos.
Y le olvidé,
olvidándole terminé;
demasiado dolor,
decía.
Y le olvidé
y no quiero recordar.