Sombras pasajeras que atormentan hasta convertirse en eternas,
como tu presencia en mi vida que creía extinta
y ahora te tornas presente devolviéndome a las respiraciones agitadas.
Luces parpadeantes constituyen los momentos
de aquel desunido nosotros
que se nutrían de la oscuridad y el dolor de cada uno de los suspiros
que dando nos íbamos.
Luces efímeras de lo que algún día fuimos
que regresan a mi mente atropelladamente
para denotar que aún existes en mi atormentado interior.
Sombra inmutable que eres,
y giras,
y otros trescientos sesenta grados,
y giras,
y volcamos,
convirtiéndonos
en uno solo: nosotros.
Nosotros,
metáfora de que vida y muerte se unen
para formar dolor y amor,
para constituirnos.
(Has vuelto.)
¡Hola! Encontré tu blog por otro y la verdad es que me encanta, de hecho ya te sigo.
ResponderEliminarPor otra parte me gustaría que visitaras mi blog y opines.
Un besito.
http://enmil-pedazos.blogspot.com.es/
¡Muchísimas gracias por seguirme! Ahora mismo echo un vistazo a tu blog. Un abrazo muy fuerte.
Eliminar