3 de julio de 2015

Herida por pérdida

Recuerdo el dolor.
Tras todo lo vivido,
solo has dejado una herida
incapaz de sanar.

Recuerdo tu paso estrepitoso
revolviendo el orden de mi
interior y jurándome que
algún día el caos terminaría.

No, no terminó.

Arrojaste cualquier atisbo de cordura
al más profundo vacío
con una sola mirada,
siendo yo minusválido
en capacidad a recomponerme 
del huracán que fuimos.
Acabaste con la sensatez previa
trayendo eterno pánico a tu marcha,
volviéndome en ser
de una única cosa capaz.

Recuerdo el dolor.
Tras todo lo vivido,
te has convertido en herida
que no cicatrizará.

Cura y culpable de la herida
quedan unidos componiéndote.

¿Sanará? 

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