No quiero acostumbrarme a ti,
quiero descubrirte hasta el fin
y que jamás te canses de mí.
No quiero acostumbrarme a tus ojos,
ni a la curvatura de tus labios,
quiero seguir rodeando tu cuello con mis brazos
y no cansarme de tus tímidos besos.
Por querer, no quiero ni verte ir,
ni marchar, ni partir,
quiero que te quedes junto a mí
y que siempre me hagas sonreír.
Por no querer, por favor no te alejes
ni tampoco nunca te marches.
Por no querer, jamás te tendría
a nada más que milímetros
ni de mi cuerpo te alejaría.
Por querer, por intervenir,
¿por qué aun no estás aquí?
No hay comentarios:
Publicar un comentario