Los días son tan solo precipicios
en los que andas en el filo
teniendo la nada a ambos lados.
Parece que pendes de un hilo
y juegas a ser equilibrista en los bordillos
por las aceras desconocidas,
y caes en vilo
al suelo, a la realidad.
Estás en el filo del propio abismo
(de tu propios abimos),
y suenan igual huida y libertad,
¿podrías dejarte caer?
Tan solo dejarse caer.
¿Tentador? No hay nada que perder,
atrás quedaron los sentimientos.
Rendirse
y entregarse a la oscuridad.
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