Éramos dos histéricos
ante el mundo sempiterno
que se nos abría.
Éramos dos histéricos
ante las ganas incontrolables
de tocarnos y tocarnos.
Hicimos nuestros miles de lugares
y cada momento eterno
con tan solo una mirada.
Y ya nada.
No queda nada
de lo que un día fuimos,
tan solo recuerdos
tan hechos polvo
que vuelan con soplarlos.
Éramos dos ingenuos,
o era yo,
al creer que duraría.
Fuimos ingenuos,
no estábamos hechos
para, ya sabes,
estar juntos.
¿Cómo anclar a dos seres
tan volátiles,
a dos seres inquietos
que solo quieren volar?
Y todo terminó.
Tú volaste lejos
y yo me quedé en tierra;
esperándote, decía.
23 de octubre de 2014
"¿Cómo podían asentarse en la tierra dos seres tan volátiles?
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