21 de mayo de 2014

Mientras, trataba de describirla

La metáfora que se escapaba de sus labios,
que por él quería ser entendida.
El símil de las hojas de sus ojos,
y la mirada de brillo vestida.
El paralelismo de su sonrisa y hoyuelos,
demasiado profundos con caída.
La antítesis entre sus pies y manos,
cada uno siempre por su lado,
sin movimiento coordinado.
La aliteración de su voz ida,
y venida,
sin nada más que acumulados sonidos.
Y nadie,
nunca nadie,
hablaba de la anáfora
de sus brazos,
que repetían consentidos
esos movimientos aquellos
a cada hora.
¡Ah! Y allí estaban los sinónimos
y la enumeración
y el oximorón
y el polipoptón
y la hiperbaton
y la personificación
y, ¡una polisíndeton!
Ella era todo.
Ella es todos ellos.
Ella... Es poesía.

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