9 de abril de 2014

Un viejo extraño conocido

Más allá de mí te encontraba, más allá de mi propia forma corpórea (más bien en la etérea), más allá de la piel superficial de la parte izquierda de mi pecho.

Más allá de todo, descubrí mis sentimientos por ti, allí donde creía que jamás se podía sentir; pues no es lo mismo hablar de escandalosas mariposas y tímidos cosquilleos en el estómago, que sentirlos.

Amor, amor, amor, amor, que repiquetea y palpita (o es la causa de dicho palpito) allá dentro de mí. Palpita, por cada vena, enseñándome a volver a encontrar terminaciones nerviosas desconocidas hasta que llegaste. Repiquetea, en mi cabeza, como un viejo extraño conocido del que todos hablan y nadie conoce.

Amor, amor, amor, que consume y hace arder el fuego allá en mi interior. Arde a cada recuerdo mi aliento, apagando mi voz y produciendo cenizas atadas a mi garganta, hasta ser disueltas por caer al ras de mis mejillas. Consume, cada fibra, cada rincón, cada célula en mí para crear nuevos vacíos que no deberían existir.

Más allá de mí, te encontré a ti; para yo dejar de ser y aprender a no poder ser sin un antes que tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario